martes, 5 de octubre de 2021

Hace 56 años Perón le escribía a los compañeros del Circulo Bancario Justicialista y les decía: "No somos un partido político sino un movimiento nacional."

 




Carta al Circulo Bancario Justicialista 5 de octubre de 1965 


Escrito por Juan Domingo Perón. 


CONFIDENCIAL SECRETO


Madrid, 5 de octubre de 1965.


A los companeros del


CIRCULO BANCARIO JUSTICIALISTA


BUENOS AIRES


Mis queridos compañeros:


Por mano y amabilidad del compañero Don Enrique Pavón Pereyra he recibido vuestra carta del 18 de setiembre próximo pasado y deseo agradecerles el recuerdo y retribuirles con mi mayor afecto el saludo que en ella me hacen llegar.


En cuanto al mensaje que me piden para ser leído en el aniversario de la constitución del Círculo, lamento no enviarlo, porque entre las limitaciones que el Gobierno Español ha impuesto a mi exilio está precisamente la prohibición de hacerlo. En cambio tengo un gran placer en poder llegar hasta Ustedes por medio de esta carta que les lleva toda mi simpatía y solidaridad.


He leído con satisfacción de peronista los altos fines que inspiran al CIRCULO BANCARIO JUSTICIALISTA. No sólo los encuentro justos y patrióticos sino también profundamente atinados para la situación que el país vive y que pasa el Movimiento Peronista. Los bancarios peronistas representaron siempre en nuestro Movimiento, desde 1945, uno de sus más puros y poderosos pilares doctrinarios y de sus filas salieron hombres extraordinariamente capacitados que fueron verdaderos puntales en las estructuras justicialistas.


El justicialismo no es de nadie porque es de todos y todos tenemos el deber de defenderlo de los males exógenos y endóge­nos que puedan amenazarlo. Los bancarios peronistas, que tie­nen una larga tradición en el Movimiento Justicialista, junto con ese deber, tienen también el derecho de intervenir decisivamente en su destino. Por eso, considero altamente conveniente y útil para nuestros fines la existencia del CIRCULO DE BANCARIOS JUSTICIALISTAS CON LOS ALTOS FINES que me enumeran en su carta.


Las instituciones de este tipo fueron norma en el justicialismo desde su propio comienzo y es precisamente a ellas que el peronismo debe la mayor parte de sus éxitos. Por eso encomio su existencia y agradezco en nombre del Movimiento lo que todos Ustedes hacen por purificarlo y engrandecerlo. Nosotros debemos preferir lo que institucionalmente conforma el peronismo porque es una manera de exterminar los residuos de un caudillismo político que siempre es factor de disociación. No somos un partido político que siempre es factor de disociación. No somos un partido político sino un movimiento nacional. Pertenecemos al siglo XX que ha superado las viejas formas del demoliberalismo caduco y decimonónico, porque somos sensibles a una evolución que, precisamente, impone fundamentalmente los cambios estructurales que se adapten a las necesidades y conveniencias del hombre de hoy.


La unidad del Movimiento Peronista, tan indispensable en los momentos que está viviendo la República, sólo se podrá alcanzar eficientemente a través de una profunda solidaridad que sólo se puede cultivar en instituciones serias y responsables que nos liberen de los resabios que aún quedan de la "política criolla" que durante tanto tiempo deformó la conciencia política argentina y que, desgraciadamente, suele aflorar de cuando en cuando entre nosotros. Todos tenemos la obligación de luchar contra los vicios y la simulación que se introduzcan en nuestras filas, porque esa es una de las pocas ventajas que la arbitrariedad y el fraude nos van dejando frente a nuestros enemigos.


Tengo un recuerdo entrañable del ATENEO DE BANCARIOS PERONISTAS, tan benemérito en nuestro Movimiento, que no resisto al deseo de recordarlo en esta ocasión como uno de los pilares doctrinarios que desarrolló una labor extraordinaria en las horas más decisivas de nuestra existencia. Para nosotros organizar es adoctrinar, porque la doctrina es el único caudillo que resiste a la acción destructora del tiempo. Ya se pasaron los tiempos en que la organización política se hacía ocho días antes de la elección con regalos, asados y empanadas. El grado de politización del Pueblo Argentino que ha progresado paralelamente con el aumento de su cultura política, descarta tales aberraciones. Al hombre de hoy es mejor persuadirlo que engañarlo, porque la mejor escuela política es la de la verdad. Ya no encajan en el panorama político argentino los "jugadores fulleros". La política actual debe ser un juego de caballeros, en el que se gana porque se juega mejor y no porque se sabe hacer la mejor trampa.


Nuestros enemigos tienen la fuerza al servicio de la falsedad, la simulación y la arbitrariedad. Nosotros tenemos la razón y el apoyo del Pueblo que la comprende. A la larga debemos vencer y la política es siempre un juego "a la larga". Para que ello se realice necesitamos una sola cosa: MANTENERNOS UNIDOS Y SOLIDARIOS, resistiendo perseverantemente a los intentos que el enemigo hace por disociarnos y dividirnos. Yo observo la campaña que los órganos gubernamentales publicitarios realizan en este sentido a base de rumores insidiosos, lanzados persistentemente y dirigidos a enfrentar a unos dirigentes peronistas contra otros. Todo reside en no entrar mordiendo el anzuelo de la insidia. Los gorilas inten­taron destruirnos por la violencia, Frondizi con su famosa "integración", éstos lo intentan con la disociación. Si los peronistas no somos tontos, también fracasarán.


Les ruego que hagan llegar mis más afectuosos saludos a todos los compañeros bancarios. Les agradezco mucho los saludos que me hacen llegar con motivo de mi cumpleaños y les deseo el más franco y amplio de los triunfos en las tareas tan nobles en que están empeñados.


Un gran abrazo.


Firmado: Juan Perón.


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